Lo hizo la Asociación Pro Ayuda al Animal Abandonado (Apaaa), que celebra 30 años de trabajo. Los esfuerzos de los proteccionistas son insuficientes en una sociedad que le da vuelta la cara a la problemática.
Esta semana la Asociación Pro Ayuda al Animal Abandonado (Apaaa) conmemora 30 años de trabajo, pero, lamentablemente, el balance no es muy alentador. La problemática que atiende la entidad con sus escasos recursos está lejos de mejorar. Al contrario, parece recrudecer día a día, mientras el grupo de voluntarias pone el físico, hace, ayuda a cientos de animalitos víctimas del maltrato y la desidia, ante una comunidad que, en gran medida, da vuelta la cara, y un Estado que hace poco y nada por contribuir a mejorar una situación que es, además, una problemática sanitaria.
En esa situación, las referentes de la entidad celebrarán este sábado, en sus habituales jornadas de adopción responsable de mascotas -a partir de las 11 en Peatonal y Mitre-, redoblando esfuerzos con material educativo y de concientización, reparto de golosinas y “algunas sorpresas”.
“Tenemos un año bastante complejo”, reconoció la presidenta de Apaaa, Graciela Ríos. En enero, la entidad tuvo que tomar la difícil decisión de dejar, por unos meses, de tomar nuevos “casos” devenidos en denuncias telefónicas al haber llegado a una situación de “colapso” de recursos humanos y económicos.
“Tuvimos que parar para poder ocuparnos de los animalitos recibidos y darlos a todos en adopción, porque ya no teníamos más con qué. No contamos con suficiente cantidad de alimentos, medicamentos ni personas que se ofrezcan como hogar en tránsito, en un contexto en el que la situación es cada vez peor” describió.
En ese sentido, la referente apuntó que “hay un gran desinterés por parte de la comunidad. Muchos se contentan, cuando ven un animal tirado, lastimado en la calle, con llamar a un contestador de Apaaa. Con eso ya está. Pero no se involucran, no se acercan, no dan contención, ni cariño, ni comida a un animal callejero”. Y continuó: “Los animales están en la calle, lastimados, enfermos, porque los abandonó alguien. Son problema de todos. Si se castra, si se atiende, si se da cariño, el problema se va solucionando. Pero los animales en la calle no solo sufren porque fueron abandonados, sino que los maltratan, los patean, los atropellan y los dejan tirados. Por eso se vuelven desconfiados, algunos agresivos. No es culpa de ellos, no eligieron esa situación”.
Ríos reflexionó que, en ese contexto “cuando ocurren casos de mordeduras, como el del último fin de semana, comienzan a oírse voces de sacrificio y otras medidas extremas, que no son la solución. La solución está en la concientización, el respeto, la difusión, el incremento y mantenimiento en el tiempo de las castraciones gratuitas”.
La entidad continúa realizando esfuerzos por concientizar sobre la tenencia responsable y evitar el abandono de los cachorritos cuando la mascota de la familia tiene cría. “Pero también falta compromiso del Estado. Ningún gobierno se preocupa por la problemática, hay que redoblar las castraciones. Ahora nos prometieron que va a volver a funcionar el camión sanitario para las castraciones gratuitas. Es la única forma de llegar con el servicio de esterilización a los lugares más alejados de la ciudad y a aquellos en los que no hay otra infraestructura para realizarlas”.
También indicó que “seguimos insistiendo para que la ciudad cuente con un centro de atención primaria para animales abandonados y de gente de bajos recursos, para los casos que no pueden llegar a un veterinario privado, por los costos”.
“Hay que tomar conciencia, los animales, aún los agresivos, los que están en jaurías, son víctimas. Son el resultado de la desidia de las personas que los abandonaron o los golpearon, o los atropellaron y los dejaron tirados. Contra ello luchamos”.